Los fósiles siempre han sido objeto de curiosidad, ya que son testigos de la actividad del pasado y, a menudo, de especies animales extinguidas. Los fósiles son tanto los propios organismos como las huellas que se recuperan en forma de moldes. Las condiciones para que se produzca un proceso de fosilización rara vez se cumplen, por lo que los paleontólogos consideran verdaderos tesoros los ejemplares que encuentran con millones de años de antigüedad. La huella fosilizada de una gran concha en espiral, una amonita, se muestra aquí en relieve en un bloque de mármol blanco, como un mineral paleontológico de la era prehistórica. La perfección geométrica de las amonitas, hoy completamente desaparecidos, es admirada tanto por los paleontólogos como por los estetas y los matemáticos por sus proporciones y progresiones geométricas ejemplares y perfectas. Este objeto decorativo ha sido tallado a mano a partir de un bloque de mármol blanco con ligeras vetas grises, con un notable nivel de detalle y un acabado pulido y satinado que lo convierte en un hermoso elemento ornamental, ya sea para decorar su mesa de café, para adornar la parte superior de su escritorio o para decorar una vitrina. Una hermosa creación de Eichholtz que combina brillantemente la historia natural, la escultura y el arte, todo ello con un material excepcional.
El mármol blanco es un material noble que se ha utilizado desde la antigüedad y siempre se ha percibido como un símbolo de lujo y grandeza. Hoy en día, se utiliza de forma menos arquitectónica en nuestros interiores en forma de muebles, iluminación y objetos decorativos. Es un material pesado y frágil que necesita ser elaborado con mucho cuidado para revelar todo su esplendor. Esto es exactamente lo que nos ofrece Eichholtz con sus numerosas creaciones en las que el mármol blanco, a menudo veteado de gris, se utiliza aquí en forma de tablero de mesa o allí en forma de base de lámpara. En comparación con otros colores de mármol, que a veces tienen patrones especialmente ricos y sofisticados, el mármol blanco es sumamente elegante y fácil de integrar en su decoración sin riesgo de resultar exageradamente ostensible.