Cuando el diseño se tiñe con un toque de elegancia y feminidad, obtenemos lo mejor de ambos mundos con suntuosas creaciones como esta gran, refinada y distinguida lámpara de mesa de firmada por Eichholtz. El diseño, ya sea en el mobiliario o en la iluminación, tiende a menudo a favorecer un enfoque que promueve una polaridad más masculina, frente a, por ejemplo, el estilo romántico, que es más femenino. Con la lámpara de sobremesa Guluna, Eichholtz ha conseguido dar una connotación más femenina a esta lámpara, no cambiando los materiales respecto a sus otras creaciones, sino de forma más sutil, utilizando secciones más finas y manteniendo una gama de colores y materiales más evocadores de este universo. Esto nos da una luminaria estrictamente de diseño pero también llena de sensibilidad, delicadeza y gracia, lo que casi podría parecer antitético. Para conseguirlo, los diseñadores de Eichholtz han dotado a esta lámpara de una base que descansa sobre una gruesa lámina de cristal transparente, adoptando la forma de un marco con esbeltos montantes en un acabado de níquel plateado pulido con dos ornamentos de anillos rectangulares dentro del marco, uno en la parte superior y otro en la base. La pantalla paralelepipédica también tiene atributos que confirman la búsqueda de una unidad ontológicamente femenina, con esquinas redondeadas, profundidad minimizada y un tejido blanco roto que evoca pureza, delicadeza, refinamiento y sensibilidad.