Con reminiscencias de la belleza del diseño de mediados de siglo, con líneas tan naturales como fluidas y limpias, el sillón Roxy reinterpretado por Eichholtz, conserva su encanto vintage con su silueta adelantada a su tiempo, al tiempo que se beneficia de la artesanía actual y de una tapicería Lyssa de color blanco roto, también muy contemporánea. Este sillón está formado por el ensamblaje natural de dos elementos principales, un asiento con formas redondeadas y un respaldo que envuelve completamente el asiento por detrás, también compuesto de curvas y formas curvilíneas. El conjunto descansa sobre una base giratoria de acero inoxidable con un acabado de latón cepillado que aporta un toque de lujo y sofisticación a este sofá de diseño minimalista, sin restarle capacidad para ofrecerle lo último en confort. En lo que respecta a la comodidad, el sillón Roxy hace maravillas con una estructura de madera de pino maciza, una base de muelles metálicos en zigzag y un relleno de espuma de alta densidad y resistencia que recupera perfectamente su forma en cualquier circunstancia para que su sillón siempre esté perfecto. La profundidad del asiento también es generosa para mantenerle perfectamente sentado y cómodo, con un amplio respaldo y reposabrazos igualmente amplios. Le encantará su aspecto glamuroso y vintage a la vez que juvenil, su robusta tapicería Lyssa de color blanco roto y la posibilidad de combinar este sillón con otros elementos de asiento o cojines decorativos del mismo tejido.