La mesa Labyrinto de Eichholtz le conquistará por la belleza y la pureza de su diseño, con una silueta que dibuja un cubo casi perfecto, un formato de mesa clásico con un tablero cuadrado y cuatro patas en forma de perfiles cuadrados dispuestas en las cuatro esquinas, pero con la particularidad de que se complementan con unos tirantes en forma de cruz, que se colocan en el suelo. La estructura y los bordes del tablero son de acero inoxidable con un acabado de níquel plateado muy pulido y contrastan maravillosamente con su tablero de cristal negro finamente engastado para permitirle disfrutar de un diseño muy contemporáneo con un encanto inimitable que es uno de los elementos más asertivos de la estilística de la marca Eichholtz. La forma cuadrada y el generoso tamaño del tablero le permiten considerar esta mesa auxiliar de muchas maneras, y su uso como mesa de centro (sola o en combinación con dos, por ejemplo), como elegante extremo de sofá, como mesa de exposición para una gran planta verde, como gran lámpara de salón o como escultura, pudiendo adaptarse tanto a un estilo contemporáneo y moderno como a un interior estrictamente de diseño.
Tanto en los muebles como en la iluminación o en los objetos decorativos, la combinación de negro y plata con un acabado de níquel pulido es una de las recetas estilísticas favoritas de Eichholtz. Poner en escena un mueble o un objeto ornamental cuyo acabado principal sea el níquel plateado es una apuesta atrevida porque este acabado se asocia a un cierto espíritu llamativo y chascarrillo. Esta es la magia de los diseñadores de Eichholtz que han conseguido domar este acabado casándolo con el color negro para encontrar un equilibrio perfecto y sutil que nos ofrece creaciones de diseño, lujosas con la conservación de un estricto equilibrio.