Eichholtz completa su gama de grandes y lujosas decoraciones de pared en forma de grandes espejos circulares y cóncavos con una bella textura sin perder sus cualidades de reflexión. El resultado son objetos grandes y extraordinariamente fascinantes que ofrecen representaciones a las que no estamos en absoluto acostumbrados. Del mismo modo que el iris del ojo es una verdadera obra de arte natural, este espejo circular gigante parece inspirarse en él, con colores oscuros de verde menta y gris antracita que se mezclan y multiplican con una infinidad de matices magnificados por el espejo y el acabado nacarado del conjunto. La forma cóncava de esta gran parábola acentúa esta belleza al reflejar tanto la luz como los colores de todos los elementos que la rodean para conseguir una complejidad y una finura cromáticas aún mayores. Su extrema belleza hace que esta atractiva y lujosa decoración de pared de Eichholtz no pase desapercibida en su salón. Está hecha a mano por hábiles artesanos y debe su aspecto artístico a una técnica tradicional que genera un resultado final diferente cada vez. Por lo tanto, cada objeto de pared tiene un aspecto único. Fíjelo a la pared con el sistema de colgado incluido. Este objeto decorativo artesanal de silueta cóncava es un magnífico espejo de cristal que forma una gran parábola de 104 cm de diámetro. Verdadera obra de arte, parece reproducir de forma abstracta fenómenos gráficos singulares y notables. El hecho de que el fondo no sea neutro y que los colores y las texturas se salgan del campo cromático al que estamos acostumbrados, con una luminosidad exacerbada por los materiales y las texturas utilizadas, confiere a esta creación un carácter "fantástico", en el sentido de futurista o incluso místico. Este objeto de cristal viene con un soporte de pared que permite exponerlo de la mejor manera posible y con total seguridad. Esta creación evoca un matrimonio entre la belleza de ciertas variedades de piedras de vidrio con capacidades iridiscentes excepcionales y la belleza de las más bellas creaciones de los vidrieros de Murano, todo ello aplicado a un soporte espejado y con unas dimensiones inusuales para este tipo de objetos.