Este portavelas pesa unos 10,6 kg y está enteramente hecho de cristal macizo. Tiene forma de columna cuadrada con molduras finamente talladas y pulidas para darle un toque adicional de perfección geométrica. La parte superior del portavelas tiene un rebaje cilíndrico para velas grandes (de un diámetro máximo de 10 cm). El cristal de tan pura transparencia ofrece unas características ópticas que lo convierten en un notable objeto de ornamentación para crear una atmósfera de gran diseño y, por su pureza, también muy zen. El vidrio óptico K9 tiene unas características ópticas notables, descomponiendo la luz blanca en haces monocromáticos primarios: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta. Como los diamantes, por ejemplo. La descomposición de la luz varía en función del ángulo con el que el haz de luz atraviesa la primera superficie encontrada. Colocado en su mesa de centro, este gran portavelas brillará como una hermosa pieza de arte e impresionará a sus amigos e invitados con su pureza y brillo. También está disponible un modelo más alto que le permitirá crear una composición original y perfectamente combinada.
Desde el antiguo Egipto, el vidrio ha fascinado a la gente por su transparencia, especialmente en el caso del vidrio fabricado por artesanos sopladores de vidrio. Estos calientan una bola de vidrio en el extremo de una caña, soplan en ella para que se hinche, mientras la hacen girar y le dan diversas formas con herramientas. El vidrio puede trabajarse a temperaturas muy altas, como el metal, y luego se vuelve muy duro y quebradizo cuando se enfría. Tanto si se trata de cristal como de vidrio hecho a mano, Eichholtz ha asumido este saber hacer colaborando con los mejores talleres de vidrio para ofrecernos luminarias y objetos decorativos magníficamente realizados en vidrio y cristal claro, es decir, transparentes.