Este obelisco ornamental de 26 cm de altura se inspira en sus antepasados egipcios y nos sumerge en un mundo decorativo arquitectónico místico, misterioso y clásico. Si inevitablemente evocamos Egipto para este tipo de objetos o edificios, también podemos considerar que se trata de reminiscencias del estilo Imperio, ya que el universo del antiguo Egipto ha sido reinterpretado en gran medida por este estilo clásico francés. Un obelisco es un antiguo monumento monolítico del tipo alto, de más de tres veces la altura de la mitad de su base, que consta de un pedestal, un fuste cuadrangular que se va estrechando hacia la cima con una ruptura de la pendiente en la parte superior formando una pequeña pirámide, que se llama piramidión. En el antiguo Egipto, el piramidión se cubría con pan de oro porque el obelisco representaba simbólicamente un rayo de sol congelado que se elevaba hacia el cielo. Los emperadores romanos trasladaron algunos de los obeliscos egipcios y los trajeron como trofeos. En el siglo XIX, Egipto ofreció algunos de estos gigantes de piedra a las principales capitales europeas. Eichholtz nos ofrece una reproducción de un obelisco de forma reducida para decoración, de 26 cm de altura. Este obelisco está hecho completamente de cristal K9 macizo con algunas características estilísticas interesantes, que aportan un toque de elegancia y refinamiento estilístico a la reproducción de este monumento de estilo más bien riguroso y académico. Las características de reflexión y refringencia propias del cristal modifican por completo el espíritu serio y casi severo de este obelisco, dotándolo de una extraordinaria transparencia, haciéndolo evolucionar del mundo de la arquitectura antigua al de la joyería, que para nosotros evocará más nombres como Vendôme, Chanel o Dior que los de Luxor, Ramsés II o Napoleón Bonaparte. La pureza del cristal K9, también conocido como vidrio óptico y utilizado para fabricar láseres o lentes de cámaras, nos proporciona un objeto con unas características estéticas y de lujo incomparables, que se asentará de forma majestuosa y elegante en su escritorio o en la parte superior de la mesa de café donde lo haya instalado. También puede utilizar dos obeliscos idénticos para crear un bello y prestigioso efecto de marco para un objeto de lujo que vaya a instalar en una consola, instalando un obelisco a cada lado de este objeto. Este es el uso que se hacía a menudo de estos objetos bajo el Segundo Imperio, lo que explica que los obeliscos que se encuentran en las tiendas de antigüedades se ofrezcan a menudo en parejas.
Desde el antiguo Egipto, el vidrio ha fascinado a la gente por su transparencia, especialmente en el caso del vidrio fabricado por artesanos sopladores de vidrio. Estos calientan una bola de vidrio en el extremo de una caña, soplan en ella para que se hinche, mientras la hacen girar y le dan diversas formas con herramientas. El vidrio puede trabajarse a temperaturas muy altas, como el metal, y luego se vuelve muy duro y quebradizo cuando se enfría. Tanto si se trata de cristal como de vidrio hecho a mano, Eichholtz ha asumido este saber hacer colaborando con los mejores talleres de vidrio para ofrecernos luminarias y objetos decorativos magníficamente realizados en vidrio y cristal claro, es decir, transparentes.