Tallada en madera con un magnífico acabado negro piano brillante, la base de esta lámpara se asemeja tanto a un ideograma chino como a la silueta de una pagoda. Con 90 cm de altura, impondrá su estilo inspirado en el Lejano Oriente tanto por su encanto y belleza como por sus generosas dimensiones. La escultura de madera se complementa con la discreta presencia de un soporte de latón envejecido sobre el que se coloca una gran pantalla, de 55 cm de longitud, de forma rectangular con esquinas redondeadas y recubierta de un tejido de terciopelo negro intenso. El interior de la pantalla está revestido de un color dorado que permite la difusión indirecta de una luz cálida, cuyos reflejos de color fuego pueden verse en la pátina negra de la base. Combinando con éxito el estilo moderno con un enfoque original del Lejano Oriente, esta gran lámpara de Eichholtz, con su silueta intrínsecamente oscura al estar totalmente lacada y tapizada en negro, creará un efecto de contraste impactante si su interior es claro o, por el contrario, se integrará sutilmente en un mundo ya compuesto por elementos oscuros.