Su enfoque lujoso y escultural parece hacer de esta lámpara una muestra ceremonial en la que se ha colocado un objeto raro y precioso. La base, totalmente dorada y brillante, está formada por dos bloques superpuestos que forman una plataforma escalonada de la que se eleva un tubo dorado sobre el que se instala un extraño objeto de aspecto orgánico y mineral. Al igual que un objeto raro, histórico o insólito se expone en la vitrina de un museo, esta base de lámpara sirve de escaparate de lujo para una pieza de madera petrificada, es decir, transformada en auténtica piedra a lo largo de decenas o incluso cientos de miles de años como resultado de su profunda enterración. Así, cada pieza presentada es tan preciosa como única, lo que da valor y significado a esta lámpara de estilo inusual. Todos los elementos estructurales están dorados y pulidos, el ornamento de madera petrificada se sujeta con finos ganchos especialmente adaptados y el conjunto está rematado por una gran pantalla cilíndrica de 40 cm de diámetro, fabricada en poliéster y algodón con un acabado gris brillante. Esta lámpara de sobremesa de Eichholtz será perfecta para su salón y también ocupará un lugar privilegiado en un despacho de prestigio.