Contemporánea y lujosa, esta lámpara de salón de Eichholtz aprovecha la belleza del mármol blanco en bruto para aportar un toque mineral y precioso a este conjunto compuesto por una base de metal con acabado de latón cepillado rematada por una gran pantalla rectangular vestida de tela negra intensa. El contraste entre el mármol blanco con su superficie rugosa y los otros elementos perfectamente lisos y pulidos es un verdadero atractivo. El mármol está colocado alrededor de un poste metálico ancho, "intercalándolo" y creando un interesante efecto de relieve. La palabra mármol procede originalmente del griego y significa literalmente "piedra resplandeciente", lo que resulta evidente cuando se observa la belleza natural y auténtica de estas dos "rodajas" de mármol instaladas como adornos. La pantalla, que forma un volumen paralelepipédico por encima de la base, crea un bello efecto de contraste de diseño con la sutileza de estar recubierta internamente de dorado, lo que le permite difundir indirectamente una luz rica y cálida. Esta lámpara bien proporcionada también tiene la característica de ser poco profunda, por lo que puede colocarse fácilmente en la parte superior de un mueble también poco profundo como una consola o en una mesilla de noche, por ejemplo. Su acabado elegante y sus materiales seleccionados le confieren un aspecto refinado y atemporal, que permite utilizarla tanto en un entorno retro como en uno contemporáneo o de diseño.
El mármol blanco es un material noble que se ha utilizado desde la antigüedad y siempre se ha percibido como un símbolo de lujo y grandeza. Hoy en día, se utiliza de forma menos arquitectónica en nuestros interiores en forma de muebles, iluminación y objetos decorativos. Es un material pesado y frágil que necesita ser elaborado con mucho cuidado para revelar todo su esplendor. Esto es exactamente lo que nos ofrece Eichholtz con sus numerosas creaciones en las que el mármol blanco, a menudo veteado de gris, se utiliza aquí en forma de tablero de mesa o allí en forma de base de lámpara. En comparación con otros colores de mármol, que a veces tienen patrones especialmente ricos y sofisticados, el mármol blanco es sumamente elegante y fácil de integrar en su decoración sin riesgo de resultar exageradamente ostensible.