Este aplique de Eichholtz aprovecha al máximo su construcción de vidrio soplado, texturizado, ligeramente tintado y esmerilado para crear suntuosos efectos de iluminación, al tiempo que busca un enfoque minimalista, vintage y de precioso diseño. Lo consigue con una lámpara de pared que tiene una silueta semicilíndrica en forma de soporte de latón dorado antiguo, sobre la que se colocan largos y altos azulejos de cristal de distintos tamaños con forma convexa, es decir, de canalón. El principio adoptado es el de una gran baldosa de vidrio que cubre toda la parte central del aplique de arriba a abajo, y luego a cada lado, a la derecha y a la izquierda, baldosas complementarias más pequeñas que se apilan y ensanchan ligeramente la silueta del conjunto, en total en tres niveles sucesivos. El vidrio texturizado con su acabado ligeramente tintado no se superpone a toda la superficie, sino que crea un efecto de escalera con tres niveles de grosor distintos que, según su espesor, devuelven a la luz una intensidad y una colorimetría diferentes. Los cinco elementos de cristal están hechos a mano y crean un aplique que es en sí mismo único. Los dos puntos de luz del aplique ofrecen un rendimiento flamígero magníficamente difundido en halos por el cristal texturizado y tienden hacia una iluminación más fría, de color gris plateado, a medida que uno se aleja de las zonas cenrales de iluminación. Sencillo en su diseño, sofisticado en su minimalismo y refinado en sus resultados, este aplique será un bello elemento de iluminación y decoración para decorar un pasillo, un vestíbulo, para añadir discretamente luz a una zona de su salón donde la luz central no sea suficiente, para ocupar audazmente su lugar a ambos lados del cabecero de su dormitorio, o en la misma idea para ser instalado a ambos lados de un gran espejo. Con un objeto de ornamentación e iluminación tan bello, no cabe duda de que no le faltarán ideas para ambientarlo, ya sea para su casa o para decorar una tienda, una sala de restaurante, una oficina, etc.