La combinación del blanco marfil con un ligero toque de oro resalta la delicadeza y la belleza de la base de loza de esta magnífica lámpara de salón. Su acabado en relieve y su diseño retorcido permiten apreciar sus sutiles y nacarados reflejos. Esta lámpara va acompañada de una pantalla cónica de 58 cm de diámetro en tejido blanco crema (muy ligero).
Añada un toque de textura a sus tableros con la sofisticada lámpara de mesa Savona, con una base de cerámica blanca con relieve en espiral. Su aspecto cosmopolita está realzado por un casquillo y una base con acabado de latón envejecido y una sencilla pantalla de color crema.
El blanco es un color tranquilizador, brillante y zen. Si bien no es recomendable crear un ambiente decorativo compuesto enteramente por elementos blancos, saber incorporar algunos elementos blancos a su entorno puede aportar un toque original y muy positivo a su habitación, gracias a su imagen de pureza universal y a su excepcional luminosidad por definición. El blanco es intemporal y combina magníficamente con las nuevas tendencias, como el minimalismo, el estilo escandinavo y el diseño. Cuando se utiliza en las paredes, este color amplía visualmente el espacio, añade luminosidad al no absorber la luz y realza los colores, texturas y materiales circundantes con los que no compite. Fresco, refinado, urbano, el blanco puede armonizar con la madera, la tela, el metal, el ratán, el mármol, es claramente el color básico más universal. Eichholtz aprovecha la belleza inmanente del color blanco para ofrecernos numerosos objetos, a menudo de gran tamaño, que en este color aportan todo su simbolismo y frescura a nuestros interiores.