Epítome de la elegancia, del glamour, del lujo y del diseño, esta hermosa lámpara parece estar compuesta por tres enormes diamantes superpuestos en una columna. Cada uno de estos tres "diamantes" está fabricado con vidrio cristalino ahumado y tallado hábilmente, como lo haría un diamante, ofreciendo una representación con líneas perfectas. Este lujoso y polifacético conjunto se apoya en una base translúcida en la que se encuentra el eje central de la lámpara en metal con acabado alpino, que se puede ver a través de los tres volúmenes de cristal ahumado. La proximidad visual de los reflejos producidos por estas tres piedras talladas y por los elementos con acabado cromado plateado es asombrosa, los tonos de gris y las transparencias se superponen y se funden para presentarnos un objeto magníficamente diseñado con una pureza visual asombrosa. El conjunto está rematado por una pantalla cilíndrica negra cuyo interior está revestido de un tono dorado para difundir una luz cálida que se funde con los tonos plateados de la base para ofrecer sutiles reflejos vermeil. Una prestigiosa lámpara de salón Eichholtz, realizada con el mayor cuidado y los materiales más puros para adornar e iluminar su salón con magnificencia.
Tanto en los muebles como en la iluminación o en los objetos decorativos, la combinación de negro y plata con un acabado de níquel pulido es una de las recetas estilísticas favoritas de Eichholtz. Poner en escena un mueble o un objeto ornamental cuyo acabado principal sea el níquel plateado es una apuesta atrevida porque este acabado se asocia a un cierto espíritu llamativo y chascarrillo. Esta es la magia de los diseñadores de Eichholtz que han conseguido domar este acabado casándolo con el color negro para encontrar un equilibrio perfecto y sutil que nos ofrece creaciones de diseño, lujosas con la conservación de un estricto equilibrio.