La lámpara colgante Vince blanca captura la estética de las lámparas de diseño de los años 50 y 60. En cuanto a la forma, las pantallas con acabado blanco recuerdan a las gorras de montar a caballo de época. Para una mayor flexibilidad, los brazos son ajustables y las pantallas pueden girarse en todas las direcciones que se deseen. Combínelas con nuestras bombillas LED en forma de A para obtener un efecto de iluminación audaz y cálido a la vez. Con un diámetro de 180 cm, la lámpara de suspensión Vince es una gran luminaria para su sala de estar. Moderna y a la vez inspirada en los diseños vanguardistas de los años 50 y 60, se presenta aquí en una original versión con acabado blanco. Su estructura metálica, con un tubo central vertical, se completa con tres travesaños perpendiculares (es decir, horizontales) en cuyos extremos se instalan unas originales pantallas. Las pantallas tienen una forma semiesférica, pero los bordes de las mismas tienen un recorte fuertemente ondulado que permite ver el interior del reflector de forma original. Esta forma única recuerda el estilo moderno y vintage del diseño de mediados de siglo. La sección central del tubo vertical puede ajustarse en altura gracias a la presencia de tres elementos combinables de diferentes longitudes. Esta lámpara colgante de seis puntos de luz se distingue también por la posibilidad de orientar cada reflector individualmente para crear el ambiente lumínico que mejor se adapte a su habitación y a los elementos que desee destacar. Con un acabado predominantemente blanco, pero combinando también toques de latón dorado, esta gran luminaria con un estilo lleno de carácter y encanto encajará brillantemente en un universo retro y vintage, así como en un interior moderno o de diseño. Una creación original de Eichholtz.
El blanco es un color tranquilizador, brillante y zen. Si bien no es recomendable crear un ambiente decorativo compuesto enteramente por elementos blancos, saber incorporar algunos elementos blancos a su entorno puede aportar un toque original y muy positivo a su habitación, gracias a su imagen de pureza universal y a su excepcional luminosidad por definición. El blanco es intemporal y combina magníficamente con las nuevas tendencias, como el minimalismo, el estilo escandinavo y el diseño. Cuando se utiliza en las paredes, este color amplía visualmente el espacio, añade luminosidad al no absorber la luz y realza los colores, texturas y materiales circundantes con los que no compite. Fresco, refinado, urbano, el blanco puede armonizar con la madera, la tela, el metal, el ratán, el mármol, es claramente el color básico más universal. Eichholtz aprovecha la belleza inmanente del color blanco para ofrecernos numerosos objetos, a menudo de gran tamaño, que en este color aportan todo su simbolismo y frescura a nuestros interiores.