La suspensión Venezia de Eichholtz sorprende por su forma y estilo, combinando un enfoque geométrico con una representación fuertemente asimétrica. Sujeta al techo por un tubo largo y fácilmente ajustable, consta de un cilindro central de metal con acabado de latón dorado cepillado, del que parten una decena de brazos distribuidos en forma de radios. Los brazos son puntiagudos, lo que confiere al conjunto una inusual agudeza de estilo, y están dispuestos a alturas ligeramente diferentes y de longitudes variables. Esta representación simbólica en forma de sol sirve de soporte a 10 esferas de vidrio blanco semiopaco, en el espíritu de las luminarias de los años 30, que eran a la vez de diseño para la época y retro desde nuestra perspectiva. Estas esferas se distribuyen lógicamente de forma no alineada, ni concéntrica, ni simétrica, lo que crea una impresión casi orgánica muy particular y artística. Se suministran tres tubos de diferentes longitudes, combinables entre sí, para que pueda adaptar libremente la altura de la suspensión a sus deseos. Una creación original de Eichholtz, que combina con éxito la lógica técnica con un enfoque artístico que nos devuelve a la belleza de las luminarias del siglo pasado sin dejar de ser especialmente orientada al diseño y a la contemporaneidad.