Los jarrones gigantes, o al menos muy grandes, crean un efecto decorativo extraordinario, ya que añaden un toque extravagante y artístico a su hogar. Este modelo, con su diseño artesanal y su acabado en bruto de arcilla sin alisar, aporta un toque natural excepcional a un interior de diseño. Las dimensiones y el volumen de este gran jarrón le permiten mantenerse por sí solo como objeto ornamental, aunque puede completarlo a su gusto, por ejemplo con grandes plantas secas. El contraste entre el material tradicional de la arcilla, aquí con un acabado blanco crudo, y un interior de diseño, humaniza y conecta con la realidad un mundo que de otro modo podría parecer demasiado liso y limpio. Los jarrones XXL permiten estructurar el espacio, darle vida ya sea en un hall de entrada, en su salón o en una sala de reuniones en empresa, singularizan el universo en el que se instalan. El modelo Romane propuesto por Eichholtz, con sus 70 centímetros de diámetro y sus 69 kilos en la báscula, ¡está efectivamente en la gran liga! Su forma general se asemeja a la de un ánfora con un cuerpo ligeramente hinchado y efectos de ornamentación en forma de molduras convexas que recorren su cuerpo. Su estilo, su acabado en blanco y sus dimensiones hacen que parezca una auténtica escultura, por lo que puede colocarlo sobre un pedestal o emplazarlo en la esquina de una habitación para amueblar una zona no funcional que devaluaría su interior si se dejara vacía. Utilizar dos jarrones grandes para acentuar profusamente una entrada es también una forma especial de sacar el máximo partido a estos grandes y espectaculares adornos. Así que si usted también ha caído bajo el hechizo de este gran jarrón Romane de Eichholtz, no dude en convertirlo en una de las estrellas de su interior.
El blanco es un color tranquilizador, brillante y zen. Si bien no es recomendable crear un ambiente decorativo compuesto enteramente por elementos blancos, saber incorporar algunos elementos blancos a su entorno puede aportar un toque original y muy positivo a su habitación, gracias a su imagen de pureza universal y a su excepcional luminosidad por definición. El blanco es intemporal y combina magníficamente con las nuevas tendencias, como el minimalismo, el estilo escandinavo y el diseño. Cuando se utiliza en las paredes, este color amplía visualmente el espacio, añade luminosidad al no absorber la luz y realza los colores, texturas y materiales circundantes con los que no compite. Fresco, refinado, urbano, el blanco puede armonizar con la madera, la tela, el metal, el ratán, el mármol, es claramente el color básico más universal. Eichholtz aprovecha la belleza inmanente del color blanco para ofrecernos numerosos objetos, a menudo de gran tamaño, que en este color aportan todo su simbolismo y frescura a nuestros interiores.