La ornamentación en altorrelieve llama inmediatamente la atención y hace de esta gran urna oriental un objeto ornamental inusual. Tiene la forma de una urna relativamente clásica de fina porcelana en color verde menta claro, con tapa a juego y decorada artística y bellamente con elementos florales y vegetales en relieve. El valor artístico de este jarrón proviene de su elaboración artesanal, con una decoración detallada y cuidadosamente elaborada de toda la superficie exterior del jarrón, así como de la parte superior de la tapa. Este espíritu artesanal y la delicadeza de la ejecución subliman esta creación, tanto más complicada cuanto que ningún color diferenciado ayuda al artista en esta obra. Con su gran delicadeza, su original silueta, su estilo único y su excepcional elaboración artesanal, esta hermosa pieza de ornamentación de Eichholtz será sin duda uno de los tesoros de su decoración interior.
El blanco es un color tranquilizador, brillante y zen. Si bien no es recomendable crear un ambiente decorativo compuesto enteramente por elementos blancos, saber incorporar algunos elementos blancos a su entorno puede aportar un toque original y muy positivo a su habitación, gracias a su imagen de pureza universal y a su excepcional luminosidad por definición. El blanco es intemporal y combina magníficamente con las nuevas tendencias, como el minimalismo, el estilo escandinavo y el diseño. Cuando se utiliza en las paredes, este color amplía visualmente el espacio, añade luminosidad al no absorber la luz y realza los colores, texturas y materiales circundantes con los que no compite. Fresco, refinado, urbano, el blanco puede armonizar con la madera, la tela, el metal, el ratán, el mármol, es claramente el color básico más universal. Eichholtz aprovecha la belleza inmanente del color blanco para ofrecernos numerosos objetos, a menudo de gran tamaño, que en este color aportan todo su simbolismo y frescura a nuestros interiores.