El nombre "dromedario" procede del griego antiguo y significa "corredor", una forma de destacar la capacidad de estos animales para desplazarse rápidamente. El dromedario se diferencia del camello en que sólo tiene una joroba en la espalda, pero sigue siendo un miembro de la especie de los camellos, por lo que llamarlo camello no es incorrecto, sólo un poco menos preciso. Este animal vive en los desiertos cálidos y fue domesticado por el hombre entre 2000 y 3000 a.C. Todavía hay algunos cientos de domadarios que viven en la naturaleza como resultado de lo que se conoce como cimarronaje o asilvestramiento, es decir, animales domésticos que han sido abandonados o se han escapado. El dromedario es un animal exótico para nosotros en el sentido de que no corresponde a la apariencia de los animales que se encuentran en nuestras zonas climáticas templadas. Ha tenido que adaptarse a las condiciones particulares del desierto, que a lo largo del tiempo han moldeado su forma y apariencia. Su joroba no es una reserva de agua, sino una reserva de energía en forma de una masa de grasa blanquecina que puede superar los 100 kg. Si esta grasa se hubiera distribuido bajo la piel, como en la mayoría de los otros animales, habría impedido la disipación del calor corporal a través de la piel. El dromedario puede convertir parte de esta grasa en agua, hasta 40 litros, a través de un sorprendente proceso de oxidación fisiológica. La temperatura del dromedario varía de 34°C por la noche a 42°C durante el día, sin que eso signifique fiebre. Entre sus otras sorprendentes características, el dromedario es capaz de beber nada menos que 15 litros de agua por minuto, lo que supone el récord entre todos los mamíferos. El dromedario es un animal de carga y monta muy resistente, capaz de recorrer hasta 50 km al día en el desierto, pero también se cría como animal de tiro. Este animal se presenta en forma de una gran estatuilla de aluminio con un acabado que imita a la perfección el bronce antiguo y envejecido. El dromaderio reposa sobre una losa de mármol blanco, instalada a su vez sobre un soporte rectangular de granito negro. Esta hermosa creación de Eichholtz tiene un estilo decorativo exótico y colonial y será perfecta para expresar su gusto por la aventura, el mundo de los animales y la belleza de las esculturas. Puede colocarlo en la parte superior de su escritorio, en una gran vitrina o simplemente en una consola, donde seguramente despertará la curiosidad y la admiración de sus amigos, invitados o clientes.