Eichholtz nos ofrece un gran cuenco decorativo realizado íntegramente en cristal macizo, esculpido y grabado en toda su superficie con motivos cuadriculados que forman cuadrados cuyos bordes están profundamente biselados gracias a la macidez del cristal utilizado. Instalado en su mesa de centro, brillará con su pureza cristalina y geométrica, a la vez que le permitirá escenificar en su interior los elementos decorativos que desee. Este cuenco también expresará su belleza, clase, refinamiento y lujo si desea utilizarlo para completar el decorado de su mesa de comedor, por ejemplo con motivo de una gran comida familiar o una celebración. Este cuenco también es perfecto para servir y presentar una atractiva cesta de fruta de forma elegante, por ejemplo. Refinado y lujoso, es tan versátil como usted desee, ya sea para decorar su mesa o para darle belleza a su interior.
Desde el antiguo Egipto, el vidrio ha fascinado a la gente por su transparencia, especialmente en el caso del vidrio fabricado por artesanos sopladores de vidrio. Estos calientan una bola de vidrio en el extremo de una caña, soplan en ella para que se hinche, mientras la hacen girar y le dan diversas formas con herramientas. El vidrio puede trabajarse a temperaturas muy altas, como el metal, y luego se vuelve muy duro y quebradizo cuando se enfría. Tanto si se trata de cristal como de vidrio hecho a mano, Eichholtz ha asumido este saber hacer colaborando con los mejores talleres de vidrio para ofrecernos luminarias y objetos decorativos magníficamente realizados en vidrio y cristal claro, es decir, transparentes.