Un suntuoso cuenco en el espíritu de los de la época romana de la que toma prestados algunos atributos arquitectónicos, realizado en cristal y latón plateado. El estilo puramente clásico o incluso antiguo de este cuenco hace que se adapte a la mayoría de los estilos, desde el más retro hasta el más contemporáneo. El cuerpo del cuenco descansa sobre un pedestal con cuatro pies, hecho de latón plateado con cuatro lados curvados convexos y ornamentados con acanaladuras verticales. El cuenco en sí tiene una forma semiesférica y también está decorado con estrías verticales en relieve que contribuyen a su clasicismo estilístico. El borde superior está recubierto de latón plateado, con un efecto de cuello invertido y una superficie finamente acanalada que realza la apreciación del material mediante un efecto de textura mejorado. El acabado en plata permite apreciar el lujo y el acabado deseados, pero de forma menos ostentosa que el oro en particular. Entre las largas estrías verticales que cubren el cuerpo del cuenco y su borde superior plateado, hay una zona que forma una cavidad cóncava cuya superficie perfecta refleja los elementos texturales del cristal, creando un sorprendente efecto óptico que crea una especie de friso geométrico que no existe realmente. Esta es la magia del cristal, que magnifica los objetos hechos de él, dándoles una claridad ejemplar y unos reflejos tan puros que parecen representar formas reales. Puede utilizar esta creación de Eichholtz como centro de mesa o simplemente como cuenco para fruta, dulces o cualquier otro uso que se le ocurra. Una bella y lujosa idea para un regalo decorativo y útil.
Desde el antiguo Egipto, el vidrio ha fascinado a la gente por su transparencia, especialmente en el caso del vidrio fabricado por artesanos sopladores de vidrio. Estos calientan una bola de vidrio en el extremo de una caña, soplan en ella para que se hinche, mientras la hacen girar y le dan diversas formas con herramientas. El vidrio puede trabajarse a temperaturas muy altas, como el metal, y luego se vuelve muy duro y quebradizo cuando se enfría. Tanto si se trata de cristal como de vidrio hecho a mano, Eichholtz ha asumido este saber hacer colaborando con los mejores talleres de vidrio para ofrecernos luminarias y objetos decorativos magníficamente realizados en vidrio y cristal claro, es decir, transparentes.