Con su diseño clásico, la columna Marceau será una adición de elegancia y estilo a su interior. Con cuatro paneles laterales y un acabado blanco, esta columna decorativa quedará fantástica en su pasillo, salón o comedor. Destinada a servir de pedestal para esculturas, grandes jarrones, plantas verdes u otros ramos de flores, la columna Marceau, presentada aquí en versión blanca, tiene una silueta muy "clásica", en el espíritu del mobiliario Imperio francés, con múltiples molduras, paneles de reserva y elementos salientes, todo ello manteniendo un perfil muy sobrio y convencional. Encontramos aquí los valores del estilo Imperio con un respeto prioritario por la belleza, el esteticismo, así como un enfoque razonado, racional y razonable de las formas, la ornamentación y los materiales. Así, esta columna será perfecta para destacar una escultura artística, a la que sublimará, sin influir en su estilo, carácter o personalidad. Esta columna es de pino, es relativamente maciza, con un peso de unos 30 kg y se beneficia de un acabado blanco piano con efecto encerado, cuyo aspecto satinado capta y devuelve la luz de forma sutil y muy estética. Esta columna será perfecta para un gran vestíbulo de entrada, para resaltar un gran adorno en su salón o para estructurar artísticamente una gran sala en la que desee simbolizar o acentuar un pasaje, por ejemplo.
El blanco es un color tranquilizador, brillante y zen. Si bien no es recomendable crear un ambiente decorativo compuesto enteramente por elementos blancos, saber incorporar algunos elementos blancos a su entorno puede aportar un toque original y muy positivo a su habitación, gracias a su imagen de pureza universal y a su excepcional luminosidad por definición. El blanco es intemporal y combina magníficamente con las nuevas tendencias, como el minimalismo, el estilo escandinavo y el diseño. Cuando se utiliza en las paredes, este color amplía visualmente el espacio, añade luminosidad al no absorber la luz y realza los colores, texturas y materiales circundantes con los que no compite. Fresco, refinado, urbano, el blanco puede armonizar con la madera, la tela, el metal, el ratán, el mármol, es claramente el color básico más universal. Eichholtz aprovecha la belleza inmanente del color blanco para ofrecernos numerosos objetos, a menudo de gran tamaño, que en este color aportan todo su simbolismo y frescura a nuestros interiores.