El latón es una aleación de cobre, zinc, calamina y una pequeña cantidad de estaño y plomo, lo que le da su hermoso color dorado. Otra particularidad de este metal es su maleabilidad, que permite trabajarlo con precisión martillándolo, cincelándolo o perfilándolo para obtener un resultado digno de un orfebre. Esto es precisamente lo que explica la belleza, el lujo y la delicadeza de este candelabro de tres brazos, cada uno de ellos representado por una palmera con curvas armoniosas, que dan la impresión de estar entrelazadas con elegancia. Las piezas de latón preciosas se fabricaban antiguamente para la ornamentación litúrgica o para decorar las casas más bellas de la burguesía. Eichholtz nos ofrece un candelabro de aspecto alce y exótico a la vez que un objeto lujoso y artístico con este candelabro-estatuilla que descansa sobre un soporte de granito negro de forma ovalada. El estipe de las palmeras está finamente grabado, el diseño especial de estos árboles sin ramas pero con las cicatrices de sus antiguas hojas. La parte superior de cada brazo sostiene un bobeche en forma de hojas dispuestas en corolas, en cuyo centro hay un pequeño jarrón con lados acanalados. Estas tres palmeras, en el color cetrino del oro, descansan sobre una base de granito negro de forma ovalada, lo suficientemente pesada como para mantener el candelabro y sus velas en su sitio y también muy elegante. Mezclando el estilo colonial, el exotismo y el chic romántico, este gran portavelas ocupará con brío y elegancia la mesa de su comedor, su mesa de centro o incluso la repisa de su chimenea.